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Las personas con diabetes a menudo desarrollan obstrucción de las arterias que causan enfermedades
del corazón. Una nueva investigación en la Facultad de Medicina en St. Louis de la Universidad de Washington sugiere que los bajos niveles de vitamina D son los culpables. En un estudio publicado el 9 de
noviembre en la revista Journal of Biological Chemistry, los investigadores informan que las personas con diabetes que reciben suficiente vitamina D son menos propensas a desarrollar obstrucción de las arterias.
Sin embargo, en los pacientes con insuficiencia de vitamina D, las células inmunes se unen a los vasos sanguíneos cercanos al corazón, luego atrapan el colesterol para bloquear los vasos sanguíneos.
“Alrededor de 26 millones de estadounidenses ahora tienen diabetes del tipo 2”, dice el investigador principal Carlos Bernal-Mizrachi, MD. “Y mientras las tasas de obesidad aumentan, se espera que más gente va a desarrollar diabetes. Estos pacientes son más propensos a experimentar problemas cardíacos debido a un aumento en la inflamación vascular, por lo que hemos estado investigando por qué ocurre esto”.

En investigaciones anteriores, Bernal-Mizrachi, profesor asistente de medicina y de biología celular y fisiología, y sus colegas encontraron que la vitamina D parece jugar un papel clave en la enfermedad cardíaca. Este nuevo estudio lleva su trabajo un paso más allá, lo que sugiere que cuando los niveles de vitamina D son bajos, es más probable que una clase particular de célula blanca de la sangre se adhiera
a las células en las paredes de los vasos sanguíneos. La vitamina D conspira con las células inmunes llamadas macrófagos ya sea para mantener las arterias limpias o para obstruirlas. Los macrófagos comienzan su existencia como glóbulos blancos llamados monocitos que circulan en el torrente sanguíneo. Pero
cuando los monocitos se topan con la inflamación, se transforman en macrófagos, que ya no circulan.
En el nuevo estudio, los investigadores analizaron los niveles de vitamina D en 43 personas con diabetes tipo 2 y en 25 otras sin diabetes que eran similares en edad, sexo y peso corporal. Encontraron que en los pacientes con diabetes con bajos niveles de vitamina D - menos de 30 nanogramos por mililitro de sangre -
las células de macrófagos eran más propensas a adherirse a las paredes de los vasos sanguíneos, lo que provoca que las células se cargan con el colesterol, eventualmente ocasionando
que los vasos se pongan rígidos y bloqueen el flujo de sangre. “Tomamos todo en cuenta”, dice
la primera autora Amy E. Riek, MD, profesora de medicina. “Nos fijamos en la presión arterial, el colesterol, el control de la diabetes, el peso corporal y la raza. Pero sólo los niveles de vitamina D tuvieron correlación con si estas células se adherían a la pared del vaso sanguíneo”. Riek y Bernal-Mizrachi dicen que
lo que aún no está claro es si la administración de vitamina D para las personas con diabetes revertirá el
riesgo de desarrollar obstrucción de las arterias, una afección llamada ateroesclerosis. Están ahora tratando a los ratones con vitamina D para ver si se puede prevenir que los monocitos se adhieran a las paredes de los vasos sanguíneos cerca del corazón, y están también llevando a cabo dos ensayos clínicos en pacientes.
En uno de esos estudios, los investigadores se encuentran administrando vitamina D a las personas con diabetes e hipertensión arterial para ver si el tratamiento puede disminuir la presión arterial. En el segundo estudio, los afroamericanos con diabetes tipo 2 se encuentran recibiendo vitamina D junto con sus otros medicamentos diarios, y el equipo de investigación está evaluando si los suplementos de vitamina D pueden disminuir o revertir la progresión de la enfermedad cardíaca.
En los próximos meses, los científicos esperan determinar si el tratamiento con vitamina D puede revertir algunos de los factores de riesgo asociados con la enfermedad cardiovascular. “En el futuro, esperamos generar medicamentos, incluso potencialmente la vitamina D, que ayuden a prevenir el depósito
de colesterol en los vasos sanguíneos”, explica Bernal-Mizrachi. “Estudios previos han relacionado la deficiencia de vitamina D en estos pacientes a un aumento de las enfermedades cardiovasculares y la mortalidad. Otros trabajos han sugerido que la vitamina D puede mejorar la liberación de insulina por el páncreas y sensibilidad a la insulina. Nuestro objetivo final es intervenir en las personas con diabetes y
ver si la vitamina D podría disminuir la inflamación, reducir la presión arterial y disminuir la probabilidad de
que desarrollen ateroesclerosis u otras complicaciones vasculares”.