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Los distintos tipos de neuropatía se clasifican tomando a partir de las respuestas a las siguientes preguntas básicas:

  1. ¿ Están afectados ambos lados del cuerpo o sólo un lado? La neuropatía que afecta ambos lados del cuerpo se llama simétrica. Si la neuropatía afecta sólo un lado del cuerpo, entonces es asimétrica.
  2. ¿Qué clase de nervios se encuentran afectados? La neuropatía puede afectar los nervios motores, sensoriales y autónomos. 
  3. ¿Cuántos nervios se encuentran afectados? La neuropatía que afecta a un único nervio se denomina mononeuropatía. Polineuropatía significa que hay varios nervios afectados. 
  4. ¿Qué partes del cuerpo están afectadas? Las partes afectadas pueden estar lejos o cerca del tronco. La neuropatía que afecta manos y pies se denomina neuropatía distal. La neuropatía proximal afecta los músculos de los muslos, a menudo en distintos grados. Cuando ese tipo de neuropatía produce mucho dolor, se denomina neuropatía femoral. Pero cuando se produce debilidad en los muslos sin que presencia de dolor, se la denomina amiotrofia diabética.
Cada médico clasifica la neuropatía de manera diferente. Pero existen algunos tipos de neuropatía muy conocidos.
Polineuropatía distal simétrica. Es la forma más común de neuropatía. Este tipo de neuropatía afecta ambos lados del cuerpo. Generalmente afecta los pies y las piernas, aunque también puede afectar las manos.
Las personas que padecen esa forma de neuropatía sienten adormecimiento y picor o un cosquilla. Algunas personas sienten dolor en los pies o en los dedos de los pies. A veces, los pies están tan sensibles que hasta resulta doloroso caminar sobre una superficie rugosa.
A menudo, los médicos descubren que las personas que padecen este tipo de neuropatía han perdido parte de su capacidad de sentir un pinchazo o una vibración. Por ejemplo, tienen una menor capacidad para sentir un diapasón vibrando contra algún dedo de sus pies.
Este tipo de neuropatía tiende a desarrollarse después transcurridos muchos años de un control insuficiente de la glucosa en la sangre. El control riguroso de la glucosa puede prevenir la mayoría de los casos de este tipo de neuropatía.
Articulación de Charcot. La articulación de Charcot, también llamada artropatía neuropática, se produce cuando se daña una articulación debido a un problema en los nervios. Este tipo de neuropatía se presenta con más frecuencia en los pies.
En un caso típico de articulación de Charcot, el pie ha perdido la mayor parte de la sensibilidad. La persona ya no siente dolor en el pie y pierde la capacidad de sentir la posición de la articulación. Además, los músculos pierden la capacidad de sostener la articulación de manera apropiada. Por lo tanto, el pie se vuelve inestable y cuando la persona camina la situación es aún peor. Cualquier lesión, como una torcedura de tobillo, puede empeorar el problema.  Las articulaciones desgastan los huesos debido a la fricción.  El resultado de ese proceso es la inflamación, que genera a su vez una mayor inestabilidad y, posteriormente, una dislocación. Finalmente, la estructura ósea del pie sufre un colapso. Con el tiempo, el pie se cura solo, pero debido a la destrucción del hueso, el pie curado se transforma en un pie deformado.
Las personas en riesgo de padecer articulación de Charcot son aquellas que ya padecen neuropatía. Deben estar alertas para detectar síntomas como hinchazón, enrojecimiento, calor, latidos fuertes e insensibilidad en el pie. El tratamiento temprano puede detener la destrucción del hueso y ayudar con la curación.
Neuropatía craneana. Este tipo de neuropatía afecta los 12 pares de nervios que están conectados con el cerebro y que controlan la visión, el movimiento ocular, la audición y el gusto.
En la mayoría de los casos, la neuropatía craneana afecta los nervios que controlan los músculos oculares. La neuropatía comienza con dolores en un solo lado de la cara, cerca del ojo afectado. Luego, el músculo del ojo se paraliza y eso es lo que produce la visión doble. Los síntomas de este tipo de neuropatía generalmente comienzan a mejorar o a desaparecer a los 2 o 3 meses.
Neuropatía autónoma. Este tipo de neuropatía afecta los nervios autónomos, que controlan la vejiga, el tracto intestinal y los genitales, entre otros órganos.
Uno de los síntomas más comunes de este tipo de neuropatía es la parálisis de la vejiga. Cuando eso sucede, los nervios de la vejiga dejan de responder normalmente a la presión generada por la orina a medida que se llena la vejiga. Como consecuencia, la orina no se elimina y queda en la vejiga, lo que genera infecciones en el tracto urinario.
La neuropatía autónoma también puede causar impotencia (disfunción eréctil) cuando afecta los nervios que controlan la erección producida por la excitación sexual. Sin embargo, el deseo sexual generalmente no disminuye.
Esta afección también puede producir diarrea cuando están dañados los nervios que controlan el intestino delgado. Generalmente, la diarrea se produce de noche. La constipación es otra de las consecuencias más comunes de lesiones en los nervios de los intestinos.
En algunas ocasiones, la neuropatía afecta el estómago, que pierde la capacidad de movilizar los alimentos a través del sistema digestivo y esa situación provoca vómitos e hinchazón. Esta afección, denominada gastroparesis, puede modificar la rapidez con que el cuerpo absorbe los alimentos. También puede hacer que sea difícil combinar las dosis de insulina con las porciones de comida.
Los científicos no saben con precisión cuál es la causa de la neuropatía autónoma y buscan tratamientos más eficaces para este tipo de neuropatía.
Mononeuropatía por compresión. Este tipo de neuropatía es bastante común, y se produce cuando está dañado un solo nervio. Al parecer, existen dos tipos de daño. En el primer tipo de daño, los nervios se encuentran aplastados en lugares en donde deberían pasar por un túnel estrecho o por encima de una masa de huesos. Los nervios de las personas con diabetes tienen más probabilidades de sufrir daños por compresión. El otro tipo de daño tiene lugar cuando alguna enfermedad vascular causada por la diabetes impide que fluya la sangre en una parte del nervio.
El síndrome del túnel carpiano es, probablemente, la neuropatía por compresión más común. Ese síndrome se produce cuando el nervio mediano del antebrazo se encuentra comprimido a la altura de la muñeca. Los síntomas de este tipo de neuropatía incluyen adormecimiento, hinchazón o picor en los dedos de las manos, con o sin dolor, cuando la persona conduce un automóvil o teje o descansa durante la noche. Generalmente, con sólo dejar el brazo colgado a un lado del cuerpo, el dolor desaparece en pocos minutos. Si los síntomas son muy severos, una intervención quirúrgica puede aliviar completamente el dolor.

Otras neuropatías

La neuropatía femoral también es un tipo de neuropatía común. En general, se da con mayor frecuencia en personas con diabetes tipo 2. Es posible que provoque dolor en la parte delantera de un muslo. Luego se produce una debilidad muscular y los músculos afectados se atrofian. Otra clase de neuropatía que también afecta las piernas se llama amiotrofia diabética. En ese caso, la debilidad se produce en ambos lados del cuerpo, pero sin dolor. Los médicos no comprenden por qué se genera la amiotrofia diabética, aunque la causa podría ser la enfermedad de los vasos sanguíneos.
Otra mononeuropatía muy común es la radiculopatía lumbar o torácica. Es similar a la neuropatía femoral, pero se produce en el torso. Afecta una franja de la pared torácica o abdominal en uno o ambos lados del cuerpo. Al parecer, esta enfermedad se desarrolla con mayor frecuencia en personas con diabetes tipo 2. Además, las personas con este tipo de neuropatía mejoran con el tiempo.
El pie pendular unilateral se refiere a la imposibilidad de levantar el pie. Ocurre como consecuencia de una lesión en el nervio peroneo de la pierna debido a la compresión o a la presencia de enfermedades vasculares. El pie pendular puede mejorar.