El efecto más destacado de la silimarina sobre el hígado parece ser su capacidad de estimular la síntesis de proteínas. Esto favorece la capacidad del hígado para reemplazar las células dañadas por otras nuevas. Es interesante también saber que la silimarina no produce el mismo efecto estimulatorio sobre los tejidos malignos.
Esta sustancia tiene un gran efecto antioxidante.
La silimarina acelera la recuperación de la inflamación hepática causada por virus, medicamentos y sustancias tóxicas. Es tan poderosa su acción de regeneración celular que ha conseguido sanar hígados con cirrosis hepática. Puede prevenir la formación de piedras biliares y reducir los niveles de colesterol de la bilis.
“Puede ayudar a las personas que padecen diabetes tipo 2 a controlar sus niveles de glucosa y reducir el nivel de glicación. En un estudio relacionado con la diabetes se encontró que tras cuatro meses en una dosis de 200 miligramos de silimarina tres veces al día los pacientes de diabetes tipo 2 lograron una considerable reducción en sus niveles de glucosa en la sangre. Además registraron reducciones significativas en otras medidas tales como la de la hemoglobina glicosilada, el colesterol total y el colesterol LDL (el llamado “colesterol malo”) y los triglicéridos.”
La Doctora Claudia Angélica Soto Peredo descubrió que la SILIMARINA:
- Regenera las células-ß (beta), que producen insulina en el páncreas
- Restablece el gradiente normal de la glicemia sanguínea: baja el azúcar en sangre
- Permeabiliza la célula otra vez a la insulina
Lo anterior da a entender que la Silimarina cura todos los tipos de diabetes.
Este revolucionario descubrimiento la hizo acreedora al premio Canifarma 2003.
Este revolucionario descubrimiento la hizo acreedora al premio Canifarma 2003.