Recientes investigaciones revelan que dos de los órganos más
importantes que determinan si desarrollamos diabetes tipo 2 o no son el hígado y el cerebro – y es su habilidad para “escuchar” a la leptina que lo determinará.
La leptina es producida por la grasa e influencia mucho, si no lo
controla totalmente, las funciones manifiestas del hipotálamo en el
cerebro, incluyendo:
- Reproducción
- Función tiroidea
- Función drenal
- Sistema nervioso simpático
- Cuánta energía tiene y si necesita más (dántote señales de hambre)
- Si debería eliminar energía (diciendo “deja de tener hambre”)
- Lo más importante, qué hacer con la energía que ya está allí (reproducir células o concentrarse en reparación celular)
Mientras tanto, el mensaje de la leptina de incrementar la actividad del sistema nervioso simpático llega alto y claro, así que sigues hambriento, sigues acumulando grasa y acabas no solo con el azúcar alto, resistencia a la insulina y diabetes, sino también con la tensión alta, ataques al corazón y envejecimiento acelerado.