Mayo Clinic desarrolla páncreas artificial para aliviar la carga de la diabetes
Los 25,8 millones de personas que padecen diabetes en Estados
Unidos pronto podrían liberarse de los pinchazos en los dedos y de las dosis
diarias de insulina. Los endocrinólogos de Mayo Clinic, doctores
Yogish Kudva y Ananda Basu, se encuentran desarrollando un páncreas artificial
que proveerá automáticamente la insulina con una precisión personalizada
nunca antes lograda. Como parte de este esfuerzo, los doctores
Kudva y Basu presentaron, durante la reunión de
la Asociación Americana de la Diabetes
de junio en San Diego, los
últimos descubrimientos
sobre la manera como los movimientos mundanos
cotidianos afectan al azúcar sanguíneo. “No se había examinado los efectos de una
actividad física de baja intensidad que imita las actividades de la vida
cotidiana, midiéndolos con acelerómetros precisos sobre la variabilidad de la
glucosa en la diabetes tipo 1”, acota
el Dr. Kudva. Entre los últimos hallazgos está
el hecho de que hasta una
cantidad mínima de actividad física
después de las comidas repercute profundamente sobre los
niveles de azúcar sanguíneo
entre quienes padecen diabetes tipo
1. “A pesar de que se esperaría ese
resultado, quisimos saber hasta qué punto este fenómeno se presentaba entre los
diabéticos de tipo 1”, añade el Dr.
Kudva.
Los diabéticos que participaron en actividad física de bajo grado después
de comer mostraban niveles de azúcar sanguíneo cercanos a los de las personas cuyo
páncreas funciona al 100 por ciento. Sin embargo, quienes permanecieron
sedentarios después de la comida, presentaron niveles elevados de azúcar sanguíneo.
Los científicos planifican incorporar
estos hallazgos en un páncreas artificial desarrollado en Mayo Clinic.
El sistema de circuito cerrado en desarrollo incluye un monitor del azúcar sanguíneo, una
bomba automática de
insulina, un juego de monitores de actividades que se adhieren al
cuerpo y una unidad de procesamiento central. Los ensayos clínicos de los páncreas
artificiales posiblemente empezarán en noviembre, con un puñado de voluntarios
hospitalizados. Los participantes en el estudio seguirán dentro de la Unidad de Investigación Mayo Clinic una
dieta estricta, así como regímenes de ejercicio y administración de insulina.
Luego, se ingresarán los datos a un algoritmo para la administración de
insulina, el cual imita el proceso natural del organismo para controlar y
responder a los niveles de glucosa en el torrente sanguíneo.
“La actividad física mejora la acción de la
insulina, disminuyendo la concentración de glucosaen la sangre”, explica el Dr. Kudva. “La detección de la actividad física en tiempo
real, junto con la muestra de su efecto sobre la dinámica de la glucosa, es
fundamental para diseñar un sistema automático de entrega de insulina”.
El Dr. Kudva y otros científicos de Mayo Clinic han
trabajado durante casi 15 años en varios aspectos de la diabetes y de la obesidad.
Además, colaboran en el páncreas artificial y desarrollan un algoritmo que
permitirá a los pacientes gozar de tranquilidad mental al eliminar de su rutina
cotidiana el cuidado de la diabetes. El Dr. Basu presentará los descubrimientos
sobre el hecho de que, entre los adultos sanos, los niveles de azúcar sanguíneo
disminuyen más rápido en la mañana que a la hora de la cena, lo
que plantea que la acción natural de la insulina tiene un patrón diurno.
Propone, además, estudiar más a fondo este fenómeno y su posible incorporación
dentro del algoritmo que dirige el sistema de circuito cerrado.
Mayor información: www.mayoclinic.org
Así funciona: 1.- El sensor de glucosa monitorea el
nivel de azúcar; 2.- Los
datos son enviados a una computadora; 3.- La
computadora regula la dosis de
insulina y una bomba la libera.
Fuente: Mayo Clinic