La sucralosa se obtiene del azúcar a través de un proceso de elaboración multipaso patentado, mediante el cual se sustituyen selectivamente tres grupos hidroxilo de la molécula de azúcar con tres átomos de cloro. El cloro está presente de manera natural en muchos de los alimentos y bebidas que ingerimos todos los días, y desempeña un papel importante en muchos procesos biológicos y en la naturaleza. La presencia de
cloro en la sucralosa produce un edulcorante que no tiene calorías, pero que es 600 veces más dulce que el azúcar. La sucralosa sabe igual que el azúcar. Tiene un claro sabor dulce, rápidamente perceptible, que
no deja un regusto desagradable.
Asimismo, la sucralosa retiene su sabor dulce durante todos los procesos de fabricación de alimentos y bebidas, y esto permite que se utilice prácticamente en cualquier lugar en que se emplea el azúcar, incluyendo cocinar y hornear en el hogar.
El cuerpo no utiliza la sucralosa para obtener energía porque no es descompuesta como la sacarosa (el azúcar). Pasa rápidamente a través del cuerpo, prácticamente inalterada. La sucralosa ha sido sometida a extensas pruebas en más de 100 estudios durante un período de 20 años y se ha comprobado que es segura y un ingrediente extraordinariamente inerte. Puede ser utilizada por todas las poblaciones, inclusive las mujeres embarazadas, las madres lactantes y los niños de todas las edades. La sucralosa es beneficiosa para las personas con diabetes, porque las investigaciones demuestran que no tiene efecto en el metabolismo de los carbohidratos, el control de la glucosa en sangre a corto o largo plazo
ni la secreción de insulina.
Una ventaja de la sucralosa para los fabricantes de alimentos y bebidas y los consumidores es su estabilidad excepcional. Retiene su sabor dulce con el paso del tiempo en una amplia variedad de condiciones