La cetoacidosis es una complicación aguda de
la Diabetes Mellitus DMID, que a menudo aparece por no inyectar la dosis
de insulina, por estar bajo stress o por
una enfermedad o herida (aunque los médicos de la Clínica Mayo creen
que los factores psicológicos, emocionales o de stress tienen muy poco o
ningún efecto en el nivel de glucosa en sangre de los diabéticos).
El aumento de la glucosa acumulada en sangre y la cantidad de cuerpos cetónicos en orina hace que esta sea más ácida.
Aparece en el curso de varias horas con el aumento
de las micciones y de la sed (más rápidamente en los niños).
Le siguen debilidad y adormecimiento, incluso vómitos, diarreas y
dolor abdominal. Algunas veces se nota en el aliento un olor dulce o
a frutas que puede ser confundido con el olor a alcohol. Es la
acetona, producto de desecho que se expulsa a través del pulmón. En
una etapa más avanzada la respiración se hace más profunda y rápida
y, si se llega a perder la conciencia, se entra en el llamado Coma Diabético.
Estos síntomas requieren tratamiento urgente porque
pueden causar la muerte (estadísticas USA sugieren que la
muerte por Cetoacidosis en diabéticos es de 1 de cada 10). La
Cetoacidosis es más frecuente en los diabéticos no diagnosticados o en
personas con su diabetes mal controlada. De todas formas, cualquier
diabético está expuesto a sufrir una Cetoacidosis bajo algunas
circunstancias
tales como golpes, infecciones, hemorragias, pérdida de líquidos en
vómitos o diarreas. En estas situaciones es muy importante para
el diabético monitorizar su glucosa en sangre y orina, y la
concentración de cuerpos cetónicos en la orina.
Para la Cetoacidosis es necesario un tratamiento de
urgencia. éste incluye la inyección de insulina e inyecciones
intravenosas de solución salina para reemplazar los fluidos
corporales perdidos. Es necesaria la monitorización de los niveles de
glucosa
en sangre y el estado de los fluidos hasta que se estabilice. Si el
tratamiento es rápido el restablecimiento de la Cetoacidosis es,
normalmente,
rápido y completo.
Coma hiperosomolar
Las personas mayores con Diabetes Mellitus DMNID,
que también padecen otra enfermedad o heridas, y que no beben suficiente
agua, pueden
tener altas concentraciones de glucosa en sangre. Los cuerpos
cetónicos sólo se encuentran en cantidades muy pequeñas o nulas.
El resultado es la pérdida de conciencia, y requiere
cuidados en un hospital. Es muy importante para las personas que
padecen una diabetes benigna, beber mucha agua. Los pacientes encamados
que se sienten cohibidos y no piden agua son particularmente
vulnerables a un coma hiperosmolar.
Hipertensión, arterioesclerosis y enfermedades de las arterias coronarias
En personas con hipertensión, la sangre circula por
las venas del cuerpo con una presión anormalmente alta. Esto puede
dañar las venas, tejidos y órganos a través de los cuales pasa la
sangre. La arteriosclerosis produce depósitos grasos
que engrosan las paredes de las arterias y, como resultado, éstas se
reducen y se vuelven menos flexibles al paso de la sangre. Las
enfermedades
de las arterias coronarias empeoran la arteriosclerosis de las venas
que aportan el oxígeno y nutrientes requeridos por el corazón.
Es más probable que cualquiera de estas tres complicaciones ocurra en los diabéticos que en otras personas. Para
aproximarse al tratamiento y prevención de la hipertensión (ver Hipertensión), de la arteriosclerosis (ver Arteriosclerosis) y de las enfermedades de las arterias coronarias (ver Enfermedad coronaria).
Ocasionalmente, los diabéticos experimentan calambres mientras caminan o suben escaleras. Estos cesan cuando cesa la
actividad. Ante este síntoma, llamado "claudicación" o ante la observación de una decoloración de los pies, o
de llagas que no se cierran, el médico debe ser consultado inmediatamente.
Problemas visuales
Cuando el nivel de concentración de glucosa es alto,
se puede desarrollar un error de la refracción ocular,
que produce una visión borrosa. Esta visión borrosa puede empeorar
cuando el tratamiento provoca una disminución muy rápida
de la glucosa en sangre. Las gafas no deben ser adaptadas hasta que
los valores de azúcar en la sangre se estabilicen durante 6 u 8 semanas.
Los diabéticos también desarrollan problemas visuales a largo plazo
como resultado de las alteraciones de la circulación en la
retina.
En la raíz de los problemas de visión de los
diabéticos están los cambios en las pequeñas arterias que llevan la
sangre a la retina (la retina es la parte del ojo sensible a la luz).
Aproximadamente la mitad de los diabéticos experimenta problemas oculares después de padecer la enfermedad
durante más de 10 años. Estos problemas son seguros para aquellos que padecen diabetes desde hace 30 ó 40 años.
La retinopatía diabética es el problema más común,
aunque las cataratas y el glaucoma son mucho más frecuentes en los
diabéticos. Cómo la retinopatía diabética a menudo indica un avance de
la enfermedad, es importante que se haga examinar los ojos regularmente
si tiene diabetes. Si la retinopatía diabética aparece, el tratamiento
con láser puede retrasar
su progresión.
Otras complicaciones a largo plazo
Muchos diabéticos desarrollan enfermedades de riñón
debido al deterioro de las venas pequeñas. También puede aparecer la
neuropatía diabética (deterioro de la función de la fibra nerviosa)
especialmente en los dedos e
incluso en las manos. En estos casos se siente una sensación
dolorosa con calor. Con el tiempo las áreas afectadas se vuelven menos
sensibles
y están expuestas a heridas e infecciones.
La formación de úlceras y, secundariamente, la
gangrena también son consecuencia de una neuropatía. Cuando
la gangrena es el resultado de una arteriosclerosis frecuentemente
aparece en los dedos del pie o en el lugar de una herida. Por último la
impotencia es también una complicación frecuente en los diabéticos.
Fuente: www.tuotromedico.com