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No cabe duda de los beneficios de la práctica regular de actividad física, tanto en lo que respecta al control de la glucemia como a la prevención de las complicaciones cardiovasculares y metabólicas de los pacientes con diabetes. Año tras año, las diversas reuniones y congresos científicos refuerzan las recomendaciones sobre la importancia de hacer variados tipos de ejercicio físico, tanto para el caso de la diabetes tipo 1 como la tipo 2, que generalmente ocurre en personas con sobrepeso u obesidad.
Sin embargo, estas recomendaciones, sobre las que existe un amplio consenso, muchas veces no se traducen en el cumplimiento efectivo por parte de los pacientes. Según un estudio llevado a cabo por un grupo de especialistas de la Universidad de Montreal, en Canadá, la mayoría (60%) de los pacientes adultos con diabetes de tipo 1 evitan realizar actividad física por temor a experimentar hipoglucemia, que les provoque consecuencias adversas incluyendo la pérdida de la conciencia. Esta información, sostiene el Dr. Remi Rabasa-Lhoret (uno de los autores del trabajo), confirma las presunciones previas acerca de las objeciones y la reticencia de sus pacientes adultos con diabetes de tipo 1 frente a la práctica de actividad física.
La experiencia canadiense se llevó a cabo mediante un cuestionario sobre barreras o impedimentos para cumplir las recomendaciones sobre actividad física, administrado a 50 varones y 50 mujeres. En términos generales y como era previsible, quienes mejor comprendían la acción de la insulina que recibían cotidianamente (su tiempo de acción y sus efectos en general) eran los que menos temor tenían sobre la hipoglucemia. Estas personas eran quizás también las más conocedoras de las diversas facetas de su enfermedad, a partir de un adecuado nivel de educación sobre el tema de la diabetes.
Aprendiendo más para vencer temores
La educación sobre la diabetes no se refiere al nivel de instrucción del paciente (estudios primarios, secundarios, terciarios, universitarios, etc.). En efecto, es posible que personas que sólo han alcanzado el nivel de escolaridad primaria hayan participado en programas de capacitación, talleres interactivos y reuniones con otros pacientes y los profesionales que lo asisten. Por otra parte, hay profesionales o incluso intelectuales de renombre que, por razones de negación, por falta de tiempo o quizás por considerar que con seguir la indicación médica es suficiente, no tengan una plena conciencia de su enfermedad, de sus variables, de las distintas instancias que pueden presentarse y del modo en el cual puede resolverlo cada paciente, con sus propios recursos.
Es a través de la educación sobre la diabetes que pueden vencerse miedos o temores como el de la hipoglucemia. En el caso particular de la relación del sedentarismo con el temor a la hipoglucemia, hay que tener en cuenta que, en el intento de prevenir una complicación, puede transitarse peligrosamente el camino hacia otras: problemas vasculares, picos hiperglucémicos, alteraciones en los niveles de colesterol en sangre, entre otros.
Por este motivo, si usted pertenece al grupo de personas que, como los participantes en el estudio canadiense, tiene miedo a las consecuencias que el ejercicio físico puede provocarle sobre la diabetes, llevándolo a “bajones de azúcar” que lo perturban, reflexione sobre el tema. Vuelva a conversar con su médico sobre sus temores, solicítele pautas para prevenir o identificar en forma temprana el descenso de la glucemia, o revise con el nutricionista su plan de alimentación para realizar actividad física sin temor alguno.
Fuente: www.diabetesonline.com.ar