A todos se les realizó una infusión, a través de la vena porta, de islotes pancreáticos procedentes de donantes fallecidos. El 44% necesitó tres infusiones, el 25% dos y el 31% una para tener un volumen suficiente de células.
Un año después de los trasplantes, el 44% de los participantes (16) tenía controlados sus niveles de glucosa sin necesidad de insulina externa,
el 28% (10) tenía un funcionamiento parcial de ese implante y a otros
tantos este tratamiento ya no les ayudaba con su hiperglucemia. No
obstante, se observó que todos los pacientes estaban protegidos, parcial
o totalmente, frente a las hipoglucemias.
Aunque este tratamiento no provocó la muerte, cáncer o infecciones oportunistas en ningún paciente, sí originó algunos efectos adversos como úlceras en la boca, anemia, leucopenia (reducción del número de leucitos), diarrea, cefaleas o náuseas en muchos sujetos.
Hay que seguir investigando
Un gran ensayo clínico muestra que el trasplante
de islotes pancreáticos es una técnica prometedora para muchos pacientes
con diabetes tipo 1. Según el trabajo publicado en 'The New England
Journal of Medicine', este tratamiento consigue controlar el azúcar en
la mitad de las personas que lo reciben. Sin embargo, a los dos años más
de dos tercios de los pacientes vuelven a depender de la insulina.
Un equipo multicéntrico, liderado por el doctor James Shapiro de la
Universidad de Alberta en Edmonton (Canadá), ha vuelto a demostrar con
un mayor número de pacientes lo que en el año 2000
consiguió con sólo siete diabéticos. Desde esa fecha, se han realizado
aproximadamente 550 trasplantes de islotes en más de 40 instituciones.
En este caso el equipo del doctor Shapiro seleccionó de un grupo de
más de 2.000 sujetos a un 7% de ellos que cumplían una serie de
criterios: padecían hipoglucemias (descenso de los niveles de azúcar por
debajo de lo normal) recurrentes, presentaban complicaciones
secundarias a la diabetes y habían tenido fracasos con otros
tratamientos. De esta forma, 36 personas fueron las que participaron en
el ensayo finalmente.
Según los autores del estudio, este ensayo confirma las experiencias
observadas en trabajos anteriores realizados con el protocolo Edmonton,
el sistema que han utilizado los investigadores para obtener las
células, implantarlas y realizar la inmunosupresión en los pacientes
para que no generen rechazo al implante.
También apuntan a la necesidad de desarrollar nuevas investigaciones para mejorar los resultados, reducir la toxicidad de la terapia inmunosupresora y mejorar la regeneración celular.
De la misma opinión son Jonathan Bromberg y Derek LeRoith,
especialistas de la Universidad Mount Sinai en Nueva York (EEUU) y
autores de un editorial que se publica también en 'NEJM'. Según estos
expertos, los resultados no son del todo convincentes, pues durante el
primer año casi la mitad no necesitan insulina, a los dos años el 76% de los pacientes era dependiente de este tratamiento.
Sin embargo, el trasplante parece que, de alguna manera, mejoró el
control de las hipoglucemias, una complicación que, de no detectarse a
tiempo, puede llevar a la muerte del paciente. Otro punto positivo es
que este estudio muestra que es posible probar esta técnica dentro de un
gran ensayo clínico internacional, el método más aceptado por la
ciencia para demostrar la eficacia de diferentes tratamientos o
técnicas.
Por otro lado, los editorialistas destacan el gran número de investigaciones que se están realizando para probar diferentes métodos
para controlar la diabetes. Desde el empleo de células madre a los
xenotrasplantes de islotes de otras especies, etc. Estos trabajos quizá
puedan en un futuro mejorar el protocolo del equipo de Shapiro y
utilizarlo en un mayor número de personas. También señalan los avances
que se están logrando en el desarrollo de nuevos mecanismos para medir
el azúcar en sangre y administrar la insulina de una forma menos
cruenta.
"El trasplante de islotes está en una encrucijada.
Está claro que los resultados son pobres, tienen costes elevados y tiene
una alta incidencia de efectos adversos graves o leves que hace difícil
el argumento de expandir esta técnica a la población en general [frente
a pacientes altamente seleccionados]. A pesar de todo, los grandes
descubrimientos y la diseminación exitosa de información en un corto
periodo de tiempo nos animan a pensar que rápidamente se produzcan
nuevos avances", concluyen.
Fuente: www.elmundo.es