La hipoglucemia tiene varias causas diferentes,
a saber, la secreción excesiva de insulina del páncreas,
una dosis demasiado elevada de insulina o de otro fármaco administrado
a un diabético para disminuir los valores sanguíneos de
azúcar, un trastorno en la hipófisis o en las glándulas
suprarrenales o una anomalía en el almacenamiento de hidratos
de carbono o en la producción de glucosa por parte del hígado.
En general, hay dos formas de hipoglucemia: la inducida
por fármacos y la no relacionada con fármacos. La mayoría
de los casos se produce en los diabéticos y se relaciona con
fármacos. La hipoglucemia no relacionada con fármacos
se subdivide, además, en hipoglucemia en ayunas, que se produce
después del ayuno, y en hipoglucemia reactiva, que surge como
una reacción al ingerir hidratos de carbono.
Más frecuentemente, la hipoglucemia es causada
por la insulina u otros fármacos (sulfonilureas) administrados
a personas con diabetes para disminuir los valores de azúcar
en sangre. Si la dosis es excesiva para la cantidad de alimento ingerido,
el fármaco disminuye demasiado los valores de azúcar.
En los casos de diabetes grave crónica existe una particular
propensión a desarrollar hipoglucemia grave. Esto sucede porque
las células pancreáticas del paciente no producen glucagón
y sus glándulas suprarrenales no producen adrenalina, que son
los mecanismos principales inmediatos con los que el organismo neutraliza
un valor bajo de azúcar en sangre. Otros fármacos también
provocan hipoglucemia, como la pentamidina, que se usa para tratar una
forma de neumonía relacionada con el SIDA.
La hipoglucemia se observa a veces en personas con
trastornos psicológicos que, a escondidas, se autoadministran
insulina o fármacos hipoglucemiantes. Por lo general, se trata
de personal sanitario o parientes de los diabéticos que tienen
acceso a los fármacos.
El consumo de alcohol, generalmente en las personas
que beben gran cantidad sin antes haber ingerido alimento alguno durante
bastante rato (lo que agota los hidratos de carbono almacenados en el
hígado), puede producir una hipoglucemia lo bastante grave como
para causar estupor, lo que puede ocurrir incluso cuando la concentración
de alcohol en sangre sea inferior a lo legalmente permitido para conducir.
La policía y el personal del servicio de urgencias deben tener
en cuenta que un paciente con estupor, cuyo aliento huele a alcohol,
puede tener una hipoglucemia y no sólo estar bajo los efectos
del alcohol.
El ejercicio extenuante prolongado, en casos raros,
provoca hipoglucemia en personas por otra parte sanas. El ayuno prolongado
sólo causa hipoglucemia si se asocia a otra enfermedad, especialmente
una enfermedad de la hipófisis o de las glándulas suprarrenales,
o a consumo de grandes cantidades de alcohol. Las reservas de hidratos
de carbono del hígado pueden disminuir tanto, que el organismo
sea incapaz de mantener los valores adecuados de azúcar en la
sangre. En ciertos casos en los que existe un trastorno hepático,
bastarán unas pocas horas de ayuno para que aparezca hipoglucemia.
Igualmente pueden desarrollar hipoglucemia entre las comidas los bebés
y los niños con una anomalía en uno cualquiera de los
sistemas de enzimas hepáticas que metabolizan los azúcares.
Algunas personas que han estado sometidas a ciertas
intervenciones del estómago desarrollan una hipoglucemia alimentaria
entre las comidas. Este trastorno se produce porque la absorción
de los azúcares es muy rápida, estimulando la excesiva
producción de insulina, que causa una caída rápida
de la concentración de azúcar en la sangre. En raras ocasiones
se produce en personas que no han sido sometidas a cirugía, en
cuyo caso la enfermedad se denomina hipoglucemia alimentaria idiopática.
En el pasado se tendía a diagnosticar hipoglucemia
reactiva cuando se constataban síntomas semejantes a los de la
hipoglucemia al cabo de 2 a 4 horas de haber comido, o incluso en personas
con síntomas vagos (sobre todo agotamiento). Sin embargo, la
medida de las concentraciones de azúcar en sangre durante un
episodio de síntomas no revela una hipoglucemia verdadera. Se
ha intentado reproducir la hipoglucemia reactiva con una prueba oral
de tolerancia a la glucosa, pero esta prueba no refleja minuciosamente
lo que sucede después de una comida normal.
Un tipo de hipoglucemia reactiva que se presenta
en bebés y niños es causado por alimentos que contienen
los azúcares fructosa y galactosa o el aminoácido leucina.
La fructosa y la galactosa impiden la liberación de glucosa del
hígado; la leucina estimula la sobreproducción de insulina
del páncreas. En cualquiera de los dos casos, el resultado es
una baja concentración de azúcar en la sangre después
de ingerir alimentos que contienen estos nutrientes. En los adultos,
la ingestión de alcohol en combinación con azúcar,
por ejemplo ginebra y agua tónica, puede precipitar la hipoglucemia
reactiva.
La excesiva producción de insulina también
es causa de unos valores anormalmente bajos de glucosa en sangre. Esta
producción excesiva puede ser consecuencia de un tumor de las
células del páncreas que producen insulina (insulinoma)
o, en raras ocasiones, de una proliferación generalizada de estas
células. Aunque es infrecuente, un tumor originado fuera del
páncreas también puede causar este trastorno al producir
una hormona similar a la insulina.
Una causa rara de hipoglucemia es una enfermedad
autoinmune en la que el organismo produce anticuerpos contra la insulina.
Los valores de la insulina en la sangre fluctúan anormalmente,
ya que el páncreas secreta una excesiva cantidad de insulina
para hacer frente a los anticuerpos. Esta situación se da tanto
en personas con diabetes como en personas sin ella.
Por último, la hipoglucemia también
puede ser el resultado de una insuficiencia cardíaca o renal,
cáncer, desnutrición, trastornos de la hipófisis
o de las glándulas suprarrenales, shock e infección grave.
Una enfermedad hepática difusa (por ejemplo, hepatitis vírica,
cirrosis o cáncer) también puede producir hipoglucemia.
Fuente: www.msd.es