La diabetes se ha convertido ya en una de las causas principales de
enfermedad y muerte prematura en los países
desarrollados. Cada año, 3,2 millones de personas en el mundo mueren
debido
a este mal que, a día de hoy, no tiene cura. Además, según las
estimaciones
de la OMS, esta cifra se triplicará en los próximos años. En España,
hay
casi 4 millones de personas con diabetes, de las cuales alrededor del
40%
está sin diagnosticar. El reto actual es mantener el correcto control
de
esta importante enfermedad metabólica, que puede derivar en graves
complicaciones.
Estudios de referencia
como el United Kingdom Prospective Diabetes
Study
(UKPDS) y el Diabetes Complications and Control Trial (DCCT) han
demostrado que la reducción de los niveles de A1c se asocia con la
reducción del riesgo de complicaciones microvasculares (complicaciones
en
los vasos sanguíneos pequeños que pueden causar daños oculares,
renales o
nerviosos) y macrovasculares (complicaciones que derivan en episodios
cardiovasculares tales como ataques al corazón o apoplejías).
La A1c, también conocida como hemoglobina glicada o HbA1c, es una
medición
de los niveles de glucosa en sangre en un período de dos a tres meses y
es
la principal prueba analítica para evaluar y realizar un seguimiento
del
control de la glucosa en personas con diabetes tipo 1 y tipo 2. La
American
Diabetes Association (ADA) recomienda que las personas con diabetes
alcancen una A1c<7% para un control óptimo de la enfermedad. Otras
organizaciones de expertos, entre ellas la Federación Internacional de
Diabetes, recomiendan el objetivo aún más estricto de alcanzar un
nivel de
A1c<6,5%.
Dos nuevos estudios, presentados
en el marco del 40º Congreso de
la
Sociedad Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD) vienen a
confirmar
la eficacia y seguridad de insulina glargina, insulina basal de acción
prolongada durante 24 horas, a la hora de lograr los niveles óptimos de
A1c.
ESTUDIO AT.LANTUS: el control de la glucemia es posible
Los resultados del estudio mundial AT.LANTUS ponen de manifiesto que
el
tratamiento con el análogo de insulina basal de 24 horas, insulina
glargina, ha demostrado mejorar significativamente el control glucémico,
con un menor riesgo de hipoglucemias severas.
AT.LANTUS es un estudio abierto, aleatorio, multicéntrico,
multinacional y
en fase IV. La población total del estudio estaba formada por 7.371
pacientes con diabetes mal controlada (2.410 con diabetes tipo 1 y 4.961
con diabetes tipo 2), con un nivel de A1c mayor del 7%, que no lograban
alcanzar los objetivos de su tratamiento a pesar del uso de insulina y/o
medicaciones antidiabéticas orales.
El estudio AT.LANTUS (un ensayo que compara las pautas de tratamiento
de
insulina glargina para alcanzar objetivos de glucosa en sangre normales
en
pacientes con mal control glucémico) examina dos procesos diferentes
para
optimizar la dosis de insulina glargina ( en cada tipo de diabetes.,
hasta
alcanzar el resultado deseado del tratamiento, en este caso, una
reducción
predeterminada de los niveles de glucemia basal en ayunas.
"Este extenso estudio proporciona información importante y
novedosa en las
pautas del tratamiento actual de la diabetes en el mundo, y sobre el
impacto de insulina glargina en el cuidado real del paciente",
según
asergura Kim Carrol, vicepresidenta de Metabolismo de Aventis.
"Resulta
particularmente alentador que pacientes que han optado por insulina
glargina desde regímenes de insulina anteriores incluyendo terapia
basal
con NPH o insulinas premezclada (insulinas de uso convencional) hayan
alcanzado mejoras significativas tanto en A1c como en otras metas",
concluye.
La terapia basal utiliza una insulina de larga duración para
controlar el
azúcar en sangre a lo largo del día y la noche. Debe ser utilizada
conjuntamente con una terapia de antidiabéticos orales e insulinas de
acción corta durante las comidas. Insulina glargina es el primer y
único
análogo de insulina que con una sola administración al día, sin picos
pronunciados, proporciona un control glucémico basal durante 24 horas
en
adultos con diabetes tipo 2 y en adultos y niños de más de 6 años con
diabetes tipo 1.
El estudio AT.LANTUS demostró la eficacia de insulina glargina en
aquellos
pacientes que estaban mal controlados con otra terapia, así como que el
mejor ajuste de dosis es el realizado por el propio paciente, ya que
cada 3
días aumenta la dosis de insulina, llegando antes así a la dosis
óptima.